No es ningún secreto que una de mis pasiones es la moda, además de por la adicción reconocida (y sin intención de tratar) a las compras, por las fántasticas campañas de publicidad que se mueven a su alrededor.
El próximo miércoles 23, el maravilloso e idolatrado Lanvin estrena su exclusiva colección para H&M. De esta forma H&M acerca a diseñadores de renombre (ya lo hizo con Sonia Rykiel o Karl Lagerfeld ) a el público, que si compara los precios de Lanvin con los de su colección para la marca sueca, verá éstos como un auténtico regalo.
El furor que despiertan estas ediciones especiales es tal, que se ha ideado un sistema de pulsera y compra con tiempo limitado para prevenir avalanchas, ¡una auténtica locura!
La campaña de marketing se inició con un video en el que no se desvelaba el diseñador...
el video inició la polémica en torno al tema, pero H&M se reservó el anunció del diseñador elegido para el mismo día del estreno de la tienda online de Zara, que casualidad, ¿verdad?
Una vez conocido el diseñador, la firma fue dejando caer fotografías y videos con cuentagotas, y hoy, a escasos dos días del estreno y ya con el lookbook más que estudiado, casi me atrevería a predecir que la colección va a desaparecer de las tiendas seleccionadas (no se vendera en todos los H&M) a las pocas horas.
De la campaña poco más se puede hablar...aquí lo importante es el diseñador, porque, ¿desde cuando si llegas a casa y ves a tu pareja con otra mujer, detienes tu furia porque la susodicha te dice que tu vestido es divino?
Frente a tanto fervor popular, me pregunto,
¿qué pensarán los compradores habituales de Lanvin que suelen pagar hasta 10 veces más por sus prendas? ¿No importa que las ciudades se inunden de Lanvin? ¿No suele ser ese sector más exclusivista?